La relación que existe (y no es evidente) entre el Clima y los Derechos Humanos
By Comunicaciones

La relación que existe (y no es evidente) entre el Clima y los Derechos Humanos

Incendios, inundaciones, tormentas, sequías devastadoras han colocado como prioridad número uno que los Estados garanticen el bienestar de las personas respetando el derecho básico a vivir en un medio ambiente saludable. Fuente: El Longino, 10 de diciembre de 2019.

El año pasado comenzó una escalada de incendios y olas de calor fuera de todo rango ante conocidos, arrasando bosques, cosechas y comunidades humanas en lugares tan distantes y diferentes como el Círculo Ártico hasta Grecia, Japón, Pakistán y Estados Unidos. Caso aparte ha sido la situación de Australia, que en realidad es también continente, donde han muerto personas y ecosistemas extensos.

Se trata de un dato que antes se habría relacionado con el calentamiento global y las emisiones a la atmósfera. Pero este 10 de diciembre del 2019, jornada en que se conmemora el Día Internacional de los derechos Humanos -con un planeta incendiándose a lo largo y ancho- por primera vez se pone el acento y la prioridad en unir dos ámbitos que fueron analizados y encarados por carriles separados.

A partir de ahora, según todos los organismos internacionales, las entidades ligadas a los DD.HH. y la comunidad científica mundial sostienen que la prioridad número uno es otra: todos los Estados deben centrarse en garantizar el bienestar de las personas respetando el derecho básico a vivir en un medio ambiente saludable.

En otras palabras: La cultura ya no concibe ‘respetar la vida y la libertad’ como un bien básico, dado que se da por ‘respetado y alcanzado a través de los Convenios internacionales que obligan el actuar de los entes estatales. Por estos días asistimos, explican, la humanidad entera está viviendo una etapa donde se deben focalizar los esfuerzos y recursos en garantizar ‘la salud de las personas’ y, por ende, a vivir en un medio ambiente saludable.

VIOLACIONES EN LA MIRA

Como ejemplifica Amnistía Internacional, los Estados están obligados a tomar medidas efectivas y eficaces para detener y mitigar el cambio climático con la mayor rapidez y humanidad posibles. ‘En sus esfuerzos sostiene para abordar el cambio climático -esta institución líder de opinión mundial- no deben recurrir a medidas que violen los derechos humanos ni directa ni indirectamente.

Por ejemplo, no se deben crear zonas de conservación ni llevar a cabo proyectos de energía renovable en las tierras de pueblos indígenas sin consultarles y obtener su consentimiento previo’. En cualquier política pública, además, los Estados deben ‘respetar el derecho a la información, así como la participación de todas las personas afectadas y su derecho a acceder a recursos efectivos por abusos contra los derechos humanos’.

Este cambio en los énfasis (y sobre todo, en las ‘urgencias’) la Cumbre del Clima y la Salud que se celebra en Madrid hasta el 13 de diciembre, se ha levando una fuerte voz de alerta y denuncia: ‘los compromisos actuales formulados por los gobiernos para mitigar el cambio climático, son absolutamente insuficientes, ya que tendrían como resultado un catastrófico aumento de 3°C en la temperatura media mundial, sobre el nivel preindustrial antes de 2100′.

Se recuerda que en Francia, los Países Bajos y Suiza, entre otros países, la ciudadanía ya está en una fase mucho más resuelta y está demandando a sus gobiernos por la inacción estatal’ a la hora de establecer objetivos y medidas de mitigación del cambio climático suficientes’. Este fenómeno, que pone de manifiesta que las personas comunes y silvestres y grupos de presión medioambientales están, en efecto, corriendo el cerco de las reglas juego.

Una muestra hasta ahora que ha aparecido en los discursos es la mención al rol y actuar de las empresas, como una señal que los trasgresores de los Derechos Humanos muy pronto no sólo serán los países, sino también las empresas, entes virtuales tributarios y personas jurídicas con deberes frente a la persona humana y las comunidades donde están insertas. Las empresas tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos.

‘Para cumplir con ella deben evaluar los posibles efectos de sus actividades en los derechos humanos y adoptar medidas para evitar las repercusiones negativas. Deben publicar sus conclusiones y sus medidas de prevención. Deben además tomar medidas para remediar los abusos contra los derechos humanos que causan o a los que contribuyen, ya sea por sí mismas o en colaboración con otros actores’, afirma tajante en su nueva arremetida de Amnistía Internacional en el Día Internacional de los Derechos Humanos.

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  • 10/12/2019