
Comisión de Evaluación Ambiental aprobó proyecto Copiaport-E
PROCESO. Hubo un solo voto en contra de la iniciativa. Mientras se votaba hubo contrarios al proyecto que protestaron. Representantes de la empresa abordan futuro de la iniciativa. Fuente: El Diario de Atacama, 12 de septiembre de 2025.
Ayer la Comisión de Evaluación Ambiental de Atacama, aprobó por diez votos a favor y uno en contra, el proyecto portuario Copiaport-E, el que se instalará en las comunas de Caldera y Copiapó. Una de sus obras estará ubicada en el sector de Punta Cachos.
El único voto en contra de la iniciativa fue el de la seremi de Desarrollo Social Verónica Rivera. Mientras se realizaba la votación, en las afueras de la Delegación Presidencial Regional hubo manifestaciones en contra de la iniciativa, ya que los cuestionamientos apuntan a que esta área cuenta con una biodiversidad única y que esto impactará el lugar.
Se trata de un proyecto de una inversión de 450 millones de dólares. Según el Estudio de Impacto Ambiental CopiaPort-E corresponde al desarrollo de infraestructura portuaria destinada a la recepción, almacenamiento, recuperación y embarque de graneles limpios, descarga de fertilizantes y transferencia de contenedores y carga general. En particular, el proyecto contempla la implementación de un Terminal de Graneles Limpios, con una capacidad de transferencia anual máxima de 10 millones de toneladas/año (10 MM TPA) y un Terminal Multipropósito para transferencia de contenedores (300.000 TEU/año), carga general (150.000 TPA) y descarga de fertilizantes (150.000 TPA).
Respecto al proceso, el seremi de Gobierno Sebastián Fergadiotti, informó que “el desarrollo del proyecto Copiaport-e, ha tenido diferentes instancias de observación por parte de la institucionalidad nacional y con ello, se han dado las respuestas a dichos requerimientos por parte del titular del proyecto. Lo anterior considera mitigación, compensación y reparación sobre los impactos significativos hacia las comunidades y especies afectadas. Como gobierno de Chile tenemos un compromiso con la sostenibilidad y con el apego irrestricto a la normativa medioambiental vigente”.
Agregó que “posterior a la aprobación, entendiendo y respetando el trabajo de los servicios evaluadores, existen facultades fiscalizadoras por parte del Superintendencia del Medioambiente y naturalmente esperamos que cualquier desarrollo productivo tenga un foco claro con la protección de la naturaleza y el vínculo con las comunidades”.
En tanto, la Seremi de Medio Ambiente Natalia Penroz, destacó que “el proyecto pasó por una exhaustiva evaluación ambiental y subsanó las observaciones realizadas por los servicios evaluadores, por lo que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) recomendó su aprobación, ante lo cual y respetando la institucionalidad ambiental, la comisión de evaluación decidió aceptar la recomendación técnica. De todas maneras, este proceso no termina aquí, ya que todo las medidas establecidas en la evaluación ambiental son fiscalizadas posteriormente por la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), que pone especial énfasis en los proyectos de gran magnitud de nuestra región, por lo que estarán atentos a su cumplimiento”.
En tanto el presidente de la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama, Juan José Ronsecco, dijo que es una “gran noticia” para el desarrollo y la diversificación de la matriz productiva regional.
“Contar con un puerto de estas características no solo potenciará a la minería, motor de nuestra economía, sino que también abrirá la puerta a la exportación de nuevos productos. Esto nos permitirá diversificar la matriz productiva y generar nuevas oportunidades de empleo para los atacameños”, afirmó Ronsecco.
Enfatizó en la importancia de que proyectos de gran envergadura reciban el respaldo necesario para su ejecución, siempre cumpliendo con los más altos estándares ambientales y sociales. “Esta aprobación nos dice que es posible conciliar el desarrollo económico con la sostenibilidad. Necesitamos seguir atrayendo inversiones que ayuden a Atacama a consolidarse como un polo logístico y una región de servicios de primer nivel en el norte de Chile”.
Rechazo
En tanto, en las afueras hubo manifestaciones de quienes están en contra de la iniciativa. El Colectivo en Defensa del Medio Ambiente de Atacama (CODEMAA) , mediante un comunicado de prensa manifestaron su “profunda indignación y alarma que hoy las autoridades del gobierno aprobaron el proyecto portuario Copiaport-e, una decisión que compromete irreversiblemente la biodiversidad excepcional de Bahía Chasco, ubicada en la comuna de Copiapó, uno de los ecosistemas marino costeros más relevantes y valiosos de Atacama y del país”.
Agregan que “Bahía Chasco alberga la pradera de pastos marinos más extensa del Pacífico Sur Oriental, así como fecundas praderas de algas pardas que son formaciones clave para la vida y la reproducción de invertebrados y peces; también es hábitat de alimentación de la Tortuga Verde (Chelonia mydas), una especie reconocida en peligro de extinción, y forma parte de la ruta migratoria de cetáceos como la Ballena Fin y el Delfín Nariz de Botella. En sus costas anidan aves marinas como el Pingüino de Humboldt, muchas de las cuales se encuentran protegidas por el Reglamento de Clasificación de Especies del Ministerio de Medio ambiente“.
Además, aseguran que “el megaproyecto incluye además la construcción de una planta desalinizadora cuya agua no será destinada a consumo humano ni a comunidades locales, sino al funcionamiento del complejo industrial. En una región que ya sufre de escasez hídrica, esto representa una burla y una nueva injusticia ambiental. Una desaladora que aumentará el nivel de salinidad de las aguas, con todas sus graves consecuencias para la vida marina de la Bahía y el sector”.
También se cuestiona que no fue consultada la Comunidad Agrícola de Totoral, el territorio ancestral más grande y directamente afectado por este proyecto.
Empresa
Rodrigo Bascuñán, uno de los representantes de la empresa que ayer asistió a la votación respecto a las criticas del proyecto explicó que . La bahía (Punta Cachos) fue analiza ambientalmente por nosotros durante cinco años que ha durante este proceso. Han sido tres adendas, han participado ocho consultores de distintas competencias. Hemos dado prioridad a la zona marítima, incluso hay una comunidad de tortugas que vive en la playa de Onda, les pusimos chips para saber todos los tracking y vimos que iban a partes distintas de donde está emplazado el proyecto, eso se supo después de un año”.
Respecto de las tortugas verdes, explicó que el terminal más cercano, estará “a unos 500 metros del sector donde están las tortugas, que no anidan ahí, sino que están de paso, vienen todas de más al norte, están un tiempo y se van, esa es la figura de este grupo de tortugas. No andan las tortugas en los sectores donde está emplazado el puerto, pueden pasar en algún momento sí, hay tracking que demuestran que sí se desviaron y fueron a zonas más cercanas, pero no andan confrontándose con los barcos, tienen un daño ambiental por la pesca ambiental por las redes, no es por las grandes embarcaciones”.
Alexandre Soderi, quien también forma parte del proyecto explicó respecto a las comunidades que “tenemos convenios de colaboración mutua, con los sindicatos, caletas, con los pescadores y recolectores de orillas y algas. El SEA hizo una consulta indígena, y ahí se determinó las comunidades indígenas que tienen relación con el área de influencia del proyecto. Tuvimos tres comunidades indígenas levantadas por el SEA, que participaron de la consulta indígena y tuvimos tres protocolos de acuerdos”, dijo.
Explicó que en este proceso participó la Conadi.
Finalmente, Bascuñán apuntó a que es “un proyecto significativo para la región y para el país, en la construcción se dará trabajo mil 600 personas y en la etapa de operación también alrededor de la misma cantidad. Habrá trabajo directo e indirecto de servicios también por la creación de este nuevo polo industrial. Se calcula que comience a operar en unos dos años, pero primero hay una etapa para obtener los servicios sectoriales, unos seis meses y después iniciar la construcción”.