
Ambientalistas y autoridades en alerta por otro escape de salmones
Empresa Camanchaca insiste en que la fuga de ejemplares juveniles, de la especie coho, se debió al actuar de terceros que rompieron las redes; desde organizaciones conservacionistas consideran insuficiente el 10% de recaptura de peces que exige la ley, para establecer si hubo o no daño ambiental. Fuente: El Llanquihue, 8 de julio de 2020.
A diez días de la masiva fuga de 875 mil salmones desde un centro de cultivo de la empresa Blumar en el Seno de Reloncaví, la madrugada del domingo se sumó otro episodio desde un centro de cultivo de la empresa Salmones Camanchaca, ubicado en playa Maqui de Frutillar, en el lago Llanquihue.
De acuerdo a la denuncia que hizo la empresa al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), desconocidos habrían cortado las redes de tres jaulas, dejando escapar a los salmones.
El capitán de Puerto, capitán de corbeta Arturo Aninat, especifica que alrededor de las 9.40 horas del domingo, “la guardia de la Capitanía de Puerto de Puerto Varas recibió un llamado del centro de cultivo playa Maqui de la empresa Camanchaca, informando que habían tenido un escape de salmones de más de 90 mil ejemplares del tipo coho smolt (juveniles), con un total de alrededor de 45 toneladas”.
“Inmediatamente, una patrulla se dirigió al sector. La empresa se contactó con Sernapesca y la Superintendencia de Medio Ambiente y activó su plan de contingencia para iniciar la recuperación de estos salmones. Además, efectuó la denuncia ante esta Capitanía de Puerto, por lo que los antecedentes los elevamos al Ministerio Público para la investigación, debido a que -probablemente- esto haya sido por efectos de terceros”, especificó el capitán Aninat.
El centro de Camanchaca en playa Maqui mantenía 222. 522 peces, con peso promedio de 513 gramos, mientras que las jaulas afectadas contaban un total de 92. 863 especímenes, de los cuales han recuperado 12.669, lo que corresponde a un 13,6% de lo que se había escapado, según Eduardo Aguilera, director regional de Sernapesca.
“Desde el punto de vista normativo, la ley establece que de no lograrse la recaptura del 10%, se presume daño ambiental. Por lo tanto, la empresa ya dio cumplimiento al mínimo y, hasta donde tenemos entendido, la empresa sigue con sus labores de recaptura. Nosotros tomamos todas las acciones que legalmente nos corresponden. Esto es verificar la ocurrencia del suceso, la estadística, la información oficial que disponemos y también la cantidad de peces que han sido recapturados”, agrega Aguilera.
Como ya se cumplió con lo que establece la ley, el director regional de Sernapesca estableció que en términos administrativos no le corresponde a ese servicio seguir con denuncias, puesto que todo está de acuerdo al marco legal.
Aguilera enfatiza que conforme a lo que establece la normativa, no se presume causal de denuncia por presunción de daño ambiental.
Bajo porcentaje
A pesar de ello, ambientalistas consideran que la ley es muy permisiva. Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram, explica que “estos salmones que se escaparon son juveniles, el peso es de medio kilo cada uno. Sin embargo, eso no aminora el impacto”.
“Efectivamente, la legislación de pesca señala que si se recaptura el 10%, la empresa no cae en una causal de caducidad de la concesión y eso, obviamente, desde nuestro punto de vista, es extremadamente bajo”, comentó.
La ambientalista hace hincapié en que el ecosistema del lago es mucho más cerrado al del mar, en el cual el impacto puede ser mayor. Por esto, agrega que “la salmonicultura está prohibida en los lagos hace un tiempo y que lo que va quedando de centros de cultivos de salmones son los que ya tenían autorización, pero no pueden ingresar nuevos”.
Mauricio Ceballos, vocero de Greenpeace, dice que “lamentablemente nuestra legislación es muy laxa y muy permisiva cuando se refiere a definir máximos de captura, luego de un episodio de escape. El 10% a nosotros nos parece que es un número bastante bajo y sobre todo cuando estamos hablando de un contexto de agua dulce. En muchas ocasiones se piensa la legislación de la misma manera para centros que hay en agua salada versus agua dulce”.
Añade que la presunción de daño ambiental es algo que la ley establece para poder iniciar acciones legales y que el hecho que se fije solamente el 10% de captura es un impedimento. Pero informa que este centro cuenta con una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) y que se puede acudir a la Superintendencia de Medio Ambiente para revisar si los protocolos se estaban cumpliendo para evitar el escape de peces por acción humana o de terceros.
Efecto ambiental
Klaus Kosiel, secretario regional ministerial (seremi) del Medio Ambiente, admite que le preocupa ese escape, aunque “si bien no hay evidencia científica que uno pueda tener, porque no existe evidencia de un escape tan grande en el lago, hay que monitorear qué se puede hacer respecto del equilibrio de la cadena trófica del lago, qué pudiese estar sucediendo con este cardumen que estaría dando vueltas”.
Desde ese ministerio oficiaron a la empresa para que entregue información y evaluar si pudiese generar un impacto y definir medidas para mitigarlo. Junto con precisar que es un proceso en investigación, dijo condenar que se haya generado el posible corte de las mallas y la liberación de peces.
Sistemas de seguridad
Ricardo García, vicepresidente de Salmones Camanchaca, explica que “la compañía sólo posee un centro acuícola en lago, que se ubica en playa Maqui, con el único propósito de mantener durante pocos meses peces infantes, hasta que puedan desenvolverse en el mar. Por lo tanto, es un centro pequeño, con poca biomasa y que tiene sistemas de seguridad audiovisual y térmicos, que detectan la presencia de extraños que puedan poner en riesgo a los peces”.
En este contexto, estima que los sistemas son los idóneos para prevenir que terceros puedan generar daños, pero que es muy difícil estar del todo preparado para un sabotaje y ataque intencional.
“Hemos registrado un ataque y sabotaje a nuestro centro en playa Maqui, que estuvo asociado a la destrucción de propiedad privada y una liberación intencional de peces al lago. Inmediatamente conocidos los hechos, la compañía activó planes de contingencia y a la fecha se han recapturado algo más del 13% de los peces liberados. Serán las autoridades sectoriales las que deberán determinar si hubo daño ambiental; y las de orden y seguridad encontrar a los culpables”, expresa Ricardo García.
La empresa presentó una querella criminal en contra de los que resulten responsables del supuesto sabotaje, que se suma a la denuncia ante la Policía de Investigaciones (PDI) interpuesta el mismo día de los hechos. Desde la salmonera agregan ha entregado todos los antecedentes y pruebas de que disponen y que colaborarán en todo lo que esté a su alcance en la investigación.
Consultada la Asociación de la Industria del Salmón de Chile (SalmonChile), aseguraron que durante el transcurso de hoy entregarán una versión sobre este escape.