
Chile se impone 303 metas para lograr el objetivo de ser carbono neutral y resiliente al cambio climático al año 2050
El documento, que implicó más de un año de trabajo participativo liderado por el Ministerio del Medio Ambiente, establece acciones concretas y medibles para que 14 sectores clave avancen tanto en planes de reducción de emisiones como también en adaptación a los efectos del calentamiento global. La propuesta será oficializada en noviembre, en el marco de la COP26 de Glasgow. Fuente: El Mercurio, 3 de junio de 2021.
El proyecto de Ley Marco de Cambio Climático, que se tramita en el Congreso, fija el horizonte: que Chile sea carbono neutral en 2050. En sus NDC (Contribuciones Determinadas a Nacionalmente) actualizadas, el país se comprometió internacionalmente a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero durante la década en curso. Y ahora, el Estado se apresta a oficializar su Estrategia Climática de Largo Plazo (ECLP), la tercera pieza clave de este andamiaje, que establece las acciones para lograr el gran objetivo de 2050.
‘Esta es la primera estrategia de largo plazo que genera Chile. Antes tuvimos la Política Energética, pero no había una estrategia que mirara a 30 años abarcando a todos los sectores y con acento en el impacto a nivel local. Es un ejercicio pionero para Chile y Sudamérica. Además, si bien mira a 30 años, traza una ruta para llegar ahí con objetivos concretos a 10 años para cada sector’, destaca la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
El trabajo comenzó hace más de un año y derivó en una propuesta que incluye 303 metas distribuidas en 14 sectores clave y que ahora inicia su proceso formal de participación ciudadana online.
‘Tuvimos un proceso de participación temprana de un año, con talleres con más de dos mil personas, e involucramos al Comité Científico y al Comité Asesor por la Acción Climática. Es una forma de hacer política pública muy transparente, participativa y apegada a la evidencia científica’, destaca Schmidt.
La idea es que el documento se oficialice en noviembre, en el marco de la COP26 de Glasgow, lo que permitiría a Chile ser el 30º país en contar con una ECLP, tal como lo pide el Acuerdo de París.
Tareas en dos dimensiones
‘La mayoría de los que han presentado estrategias son países desarrollados del hemisferio norte. Para un país como Chile, es muy difícil formularla, porque en la práctica implica definir una estrategia de desarrollo. Pero nos jugó a favor que el proyecto de Ley Marco fijara un objetivo que ha generado consenso. Aún así, tener metas en todos los sectores es un logro muy relevante’, asegura Carolina Urmeneta, jefa de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente.
La profesional enfatiza que lo más habitual es que las ECLP se centren en la mitigación, es decir, medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La de Chile las incluye, pero también abarca la adaptación, es decir, las iniciativas para reducir el impacto y exposición a los riesgos derivados del calentamiento global. ‘Esto es muy relevante, dado que es un país muy vulnerable al cambio climático. En todos los objetivos de la estrategia están integradas ambas dimensiones’, explica Urmeneta.
Lo anterior aplica a los 14 sectores abarcados: energía, transportes, minería, silvoagropecuario, residuos y economía circular, edificación y ciudades, infraestructura, biodiversidad, recursos hídricos, turismo, pesca y acuicultura, borde costero, salud y océano.
Así, entre las 47 metas del sector edificación y ciudades, se cuentan tanto medidas de mitigación (por ejemplo, que al año 2030 el 100% de las construcciones nuevas deberá reportar públicamente su huella de carbono y demostrar una reducción de emisiones del 10% respecto de la línea base que se deberá definir en 2025) como de adaptación (al 2030 se deberá contar con herramientas legales, jurídicas y normativas que restrinjan los asentamientos al margen de la planificación urbana y que establezcan estándares urbanos mínimos que consideren los riesgos y vulnerabilidades climáticas en la definición de usos de suelo).
En cuanto a la pesca y acuicultura, las 18 metas apuntan a identificar riesgos asociados a la crisis climática y a ayudar a los pescadores artesanales a adaptar su actividad a los cambios asociados.
Ambición climática multisectorial
Uno de los sectores clave para lograr la carbono neutralidad es energía. En esta estrategia aporta con 17 metas, entre las que se cuentan el retiro total de las centrales a carbón en 2040 (con el 50% cumplido al 2025), que en 2030 el 70% de la generación eléctrica provenga de fuentes renovables y que ese mismo año el 30% de los vehículos que se vendan en el país sean cero emisiones.
En transporte, sector que se fijó 27 metas, se destaca la línea de trabajo que apunta a que en 2040 se logre la reconversión a electromovilidad del 100% de los buses del transporte público urbano de todo Chile. Además, a 2030 espera contar con actualizaciones de los Planes Maestros de Movilidad y los Planes Maestros de Infraestructura de Transporte Público en las grandes ciudades, estableciendo un enfoque de movilidad sostenible y con metas específicas de reducción de emisiones.
En minería, sus siete metas apuntan a aspectos como moverse hacia energías renovables y reducir las ‘presiones de agua dulce fresca’ en las operaciones.
El sector silvoagropecuario se impone 54 metas de corto, mediano y largo plazo. Entre ellas, destacan que al 2025 se tendrán estudios de diagnóstico para disminuir las emisiones por kilo de carne o litro de leche producida, y que al final de la década se habrán recuperado y manejado sustentablemente 200 mil hectáreas de bosque nativo.
En materia de residuos y economía circular, las 11 metas incluyen que al año 2030 se haya reducido 10% la generación de basura sólida per cápita, respecto de 2020, que la tasa general de reciclaje haya alcanzado el 40% y que se haya recuperado el 50% de la superficie ocupada por vertederos ilegales.
Entre las 16 metas de infraestructura se cuenta que al 2030, el 60% de las licitaciones públicas de edificación e infraestructura implementen planes de gestión sustentable de los residuos de construcción y demolición. Y entre las 11 del sector salud está que en 2025 habrá un monitoreo de indicadores sanitarios relevantes por zona, considerando las condiciones ambientales locales vinculadas al cambio climático.
En cuanto a biodiversidad, las 26 metas incorporan que en 2025 habrá una estrategia nacional para llevar financiamiento a su conservación y restauración, y que en 2030 se sumará un millón de hectáreas de paisajes con vulnerabilidad social, económica y ambiental al proceso de restauración.
En lo referido a recursos hídricos, entre las 28 metas está que al final de esta década, al menos un 30% de las aguas servidas que descargan al mar y un 20% de las que descargan en ríos serán reutilizables y el 100% de la población urbana tendrá acceso a servicios sanitarios.
Para el turismo se definen 21 metas, entre las que destaca que en 2030, el 30% de los proyectos del Plan Maestro de Infraestructura para el Turismo tendrán un enfoque de adaptación al cambio climático.
En cuanto a borde costero (12 metas), al año 2025 se espera contar con información sobre los efectos del cambio climático, el rol de los espacios naturales costeros y la gestión del riesgo, lo que derivará en capacitaciones.
Finalmente, se trazan ocho metas en materia de océano, como la creación de un Observatorio de Cambio Climático, la promoción de un Área Marina Protegida en la Antártica y que al año 2025 se propondrán cambios en los instrumentos de gestión marítima para la protección de mamíferos marinos en zonas relevantes para su conservación.