
Científicos rechazan la salmonicultura en jaulas flotantes en el mar: contamina y no genera empleo
Alertan que La Libertad Avanza pretende modificar la ley provincial N°1355, que regula la industria salmonera. Es “un modelo productivo contaminante que ya dejó zonas muertas en Chile”, advierten los especialistas. Fuente: Perfil, 8 de julio de 2025.
Científicos de Tierra de Fuego alertan que La Libertad Avanza busca modificar la ley 1355, que prohíbe la salmonicultura aunque regula la industria salmonera para que puede llevarse a cabo en sistemas de circulación cerrada, siempre y cuando se cumpla con los estándares de factibilidad y sustentabilidad ambiental.
Un proyecto presentado por el Ejecutivo e impulsado por el legislador Agustín Coto buscar modificar la ley y retroceder en el cuidado del planeta. Durante el fin de semana se realizaron evento para defender la ley vigente. La comunidad científica, ambientalistas y referentes locales están en alerta por la sesión de este martes en la Legislatura provincial.
La norma vigente fue pionera en el mundo al regular la actividad y prohíbe el uso de “jaulas flotantes” para la cría de salmones. La ley, que fue votada por unanimidad en la Legislatura fueguina, recoge la experiencia de ese sistema implementado por primera vez en Noruega y que actualmente está extendido en Chile.
En esa línea, el científico del CONICET, profesor de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego e investigador de Wildlife Conservation Society Adrian Schiavini sostiene: “Esta propuesta para modificar la ley parece un nuevo intento de querer avanzar con un modelo productivo contaminante que ya dejó zonas muertas en Chile y que busca nuevos lugares para seguir produciendo salmones en nuestras aguas, un producto caro que no resuelve el hambre porque es para pocos y con poca generación de empleos”.

El sistema de las jaulas es considerado nocivo por varias razones. La salmonicultura requiere de aguas prístinas y frías, sumamente ricas en biodiversidad, como las que existen en Tierra de Fuego. Sin embargo, apareja cambios sobre el ecosistema que pueden afectar la economía local, dado que perjudica la pesca artesanal y el turismo. Esto sucede porque genera la proliferación de algas nocivas e introduce especies exóticas, que llevan a la pérdida de fauna local, la generación de zonas “muertas”. Otras de las consecuencias es el enmallamiento de mamíferos marinos o el uso indebido de antibióticos.
Schiavini agrega que “si bien manifiestan que no impactaría en el canal Beagle, las opciones que quedan sin ecosistemas frágiles y actualmente protegidos son la Isla de los Estados o la costa sobre el Atlántico que por su profundidad requeriría ir mar adentro, a altos costos. En ninguno de esos lugares se puede generar la escala que tiene Chile con unos 20.000 km de costas, fiordos, caletas y bahías. Eso hace sospechar que este es sólo un primer paso para comenzar actividades con inversiones y luego, mediando un proceso de sobre capitalización, ir por más, incluido el Beagle y los cuerpos de agua cerrados, lagos y lagunas, lo que implicaría un desastre ambiental mayor al del océano”.
En relación a la competitividad y rendimiento económico de la utilización de las jaulas, Shivavini cuestiona: “Cabe preguntarse si tiene sentido ponerse a producir para competir con Chile con escalas de producción que nos superaría en 100 a 1. ¿No sería más adecuado hacer cosas que otros no hacen? ¿No sería mejor que generemos productos que otros no producen? Por ejemplo, a partir de la producción en RAS (sistemas de recirculación cerrados), podríamos diferenciarnos entregando un producto con un impacto ambiental mucho menor, atender a mercados más exigentes”.
En tanto, el antropólogo investigador del CONICET Ernesto Piana destacó el valor de la ley 1355, aprobada en 2021. “La ley vigente es fruto de más de tres años la investigación de los legisladores, se convocó a científicos, ONG, productores, pescadores, comunidad en general, se averiguó en el extranjero. Hubo una investigación muy extensa y, paralelamente, hubo un movimiento binacional, junto con Chile. Si en el 78 casi entramos en guerra, el rechazo a las salmoneras y la protección de las aguas fueguinas nos encontró unidos”, señaló sobre la norma impulsada por el legislador Pablo Villegas del Movimiento Popular Fueguino.
Piana además problematizó las dificultades que trae para los productores locales cambiar las reglas de juego. “Un punto fundamental a ser tenido en cuenta es el mensaje que, consciente o inconscientemente, reciben posibles emprendedores, sobre todo pequeños y locales: no hay seguridad legal. Cuidado al poner su plata y su esfuerzo porque ‘le podemos cambiar las condiciones en 4 años’. Sea la ley que sea, hayan participado los legisladores que hayan participado. Incluso si fue aprobada por unanimidad, por algunos legisladores que ahora la modifican. Y esto es particularmente sensible y problemático en un momento en el que en la Argentina cunde la desconfianza sobre las instituciones“, señaló.
Sectores de la gastronomía rechazan las jaulas y defienden la ley 1355
De acuerdo a esos sectores, la salmonicultura representa una amenaza para la salud, ya que el 60% de las muestras de salmón tomadas de las góndolas de supermercados de Buenos Aires presentan niveles de toxicidad por encima de lo recomendado para el consumo humano.
En ese sentido, reconocidas figuras de la gastronomía como Lino Adillón, Francis Mallmann y Mauro Colagreco, entre otros, se sumaron a la causa para defender la ley.
En el marco de la celebración de los cuatro años de la sanción de la ley, Adillón destacó que “entre los cuatro años previos de estudio y consulta y los cuatro años que se cumplen de la ley sancionada, llevamos ocho años trabajando como sociedad para cuidar lo que tenemos. Desde que se sancionó la ley la quieren bajar, así que no es novedad”.
“La industria salmonera es bienvenida en tierra, dentro de tanques con sistema de recirculación de agua, pero de ninguna manera en jaulas flotantes dentro del mar del Canal Beagle ni en la costa atlántica ni en los lagos o ríos. Ya se sabe que es nocivo y que destruye la fauna y la flora nativa y lo único que trae es muerte. El mundo nos mira con admiración y orgullo por la ley que hemos logrado y queremos que siga vigente para las generaciones futuras”, concluyó el chef local.