
Erosión de suelos: el impacto invisible de la deforestación y la pérdida de cobertura vegetal
Especialistas de la Universidad de Concepción advierten que la deforestación y la degradación de los territorios no solo incrementa la erosión, sino que afecta directamente la composición química y biológica del suelo. Fuente: Cooperativa Ciencia, 10 de octubre de 2025.
El deterioro de la cobertura forestal intensifica la erosión de los suelos, alterando su composición química y biológica. Según académicos de la Universidad de Concepción, la pérdida de los bosques y plantaciones reducen la retención de agua, debilita la capa orgánica, afecta a la diversidad de microorganismos y a la fauna.
El desgaste del suelo puede producirse de forma natural, producto de la lluvia y el viento, pero también por la intervención del ser humano, como la deforestación, el sobrepastoreo, la agricultura intensiva y su mala gestión. Sin embargo, siguen existiendo fenómenos multifactoriales que dependen de las condiciones de la superficie o de la vegetación, siendo algunos más o menos susceptibles a este fenómeno.
El proceso de erosión de los suelos está compuesto por tres etapas: la primera es el desprendimiento; la segunda, el transporte del material, ya sea por agua o por viento; y, por último, la sedimentación, que corresponde a la acumulación de lo arrastrado en un nuevo lugar.
La académica de la Universidad de Concepción, Tamara Gorena Hernández, indicó que “cuando tenemos suelos muy erosionados y degradados, las lluvias altas e intensas provocan movimientos de masa importantes. Estos afectan directamente a la ciudadanía, donde se produce el colapso y la caída de barro y agua sobre las casas”.
Las raíces de los árboles, tanto nativos como introducidos, ayudan a reducir el desprendimiento, manteniendo el terreno en su lugar. Además, “la erosión de los suelos se produce por una multitud de factores. Si bien el follaje es importante, la pendiente también es relevante. Por lo tanto, no podemos plantar cualquier especie en pendientes altas: hay que equilibrar la vegetación y las prácticas que podamos aplicar para evitarla”, explicó Gorena.