
Luz verde para usar disuasivos acústicos en salmoneras alerta a científicos por baja efectividad contra lobos e impacto en delfines y ballenas
Biólogos declaran que el uso de sonidos para ahuyentar lobos marinos no ha sido eficiente en todos lados y puede afectar las funciones vitales de especies sensibles al ruido como ballenas y delfines. También critican que la medida debería evaluarse caso a caso en el sistema de evaluación ambiental. Fuente: El Desconcierto, 7 de octubre de 2025.
Por El Desconcierto
En una nueva resolución, la Subsecretaría de Pesca autorizó el uso de disuasivos acústicos en la industria salmonera. Estos dispositivos emiten ruido bajo el agua para ahuyentar de las jaulas a los lobos marinos, que se ven atraídos por los salmones y buscan robarlos, lo que puede generar roturas en las jaulas y escapes de salmones que son nocivos para los ecosistemas.
La medida ha generado alerta en el mundo de las ciencias marinas, ya que se trata de un mecanismo cuya efectividad ha sido incierta, y que sí podría afectar a otras especies altamente sensibles al ruido submarino como delfines y ballenas.
La resolución de la Subpesca entrega algunos parámetros para el uso de esta medida, que no puede ser permanente, que debe quedar registrada detalladamente y que debe apagarse si se detectan animales sensibles a altas frecuencias de sonido, como el delfín chileno.
Efectividad cuestionada
Especialistas como la oceanógrafa Susannah Buchan destacan que la resolución de Subpesca tenga medidas preventivas, pero también menciona que falta evidencia empírica en Chile para saber qué tan efectiva es la medida y los impactos que puede tener en otras especies.
Además, comenta que en países de larga tradición salmonera como Escocia, se dejaron de usar estos dispositivos por su baja efectividad para ahuyentar focas y por preocupación sobre el posible daño a otras especies.
El biólogo marino y colaborador de Oceanósfera, Gerard Lecourt, también recuerda algunos estudios donde se ha demostrado que los lobos marinos se pueden habituar a los estímulos acústicos, lo que va reduciendo la efectividad de estos aparatos con el tiempo.
Ballenas, delfines y el ruido
Tal como explica el director del centro Ecocéanos, Juan Carlos Cárdenas, muchas especies marinas dependen del sonido para sus funciones vitales, como comunicarse, alimentarse, evitar depredadores y más.
Sostiene que el ruido de actividades humanas en el mar ha aumentado exponencialmente en los últimos años, y se han detectado impactos como pérdida auditiva, lesiones internas, alteración en la comunicación, desorientación, estrés y cambios en los hábitos de reproducción.
Buchan agrega que existe un estudio de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo en curso con experimentos in situ para determinar los impactos del ruido antropogénico en mamíferos marinos y para ver si los disuasivos acústicos son eficientes para ahuyentar lobos marinos, pero recuerda que el proyecto está en la mitad de su ejecución.
Fiscalización
Para Lecourt, la medida de resguardo que obliga a desactivar los dispositivos si se detectan delfines u otros cetáceos sensibles es difícil de ejecutar debido a que el avistamiento de estos cetáceos depende de la visibilidad y se trata de animales que pueden permanecer sumergidos durante largos períodos, lo que dificulta su detección temprana.
Cárdenas apunta a una falta de fiscalización hacia la industria salmonera en otros ámbitos relacionados con los impactos ambientales, por lo que existe una desconfianza de que se cumplan los requisitos que se piden. Esto, considerando que la definición de los períodos de uso de los dispositivos queda en manos de las empresas.
En la misma línea, el presidente de CODESA Aysén Erwin Sandoval declara que esta autorización debería evaluarse caso a caso y según el entorno específico de cada salmonera. CODESA es parte de la alianza Salvemos la Patagonia que llama a retirar las salmoneras de áreas protegidas en Chile.
“Si lo que justifica la adopción de esta medida es la mitigación de los impactos ambientales que generan las salmoneras en su entorno, esas medidas tienen que ser discutidas y evaluadas caso a caso en el marco del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), que es donde se estudian los impactos ambientales de cada proyecto en específico y también se definen las medidas de mitigación apropiadas para esos impactos”, critica.