
Subsecretario Blanco dice que el “boom” de las energías seguirá “disparando” la demanda de cobre
El subsecretario de Minería sostiene que Chile será requerido a gran escala para cubrir los crecientes requerimientos internacionales por metal rojo. Fuente: El Mercurio de Antofagasta, 14 de julio de 2021.
Como parte de su exposición en el quinto Foro Latinoamericano de Energía, el subsecretario de Minería, Edgar Blanco se refirió a las perspectivas de la industria del cobre y el litio en un escenario internacional en que la utilización de las energías limpias y la electromovilidad se extienden de manera acelerada, empujando la demanda de metales a cifras históricas. En ese contexto, la autoridad dijo que la actividad minera de Chile será requerida a gran escala por el “boom” de las energías limpias y porque el “potencial geológico” del país está en condiciones de proveer lo que se requiere.
En este sentido, destacó que según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, Chile posee las mayores reservas de cobre (23%) y litio (51%) del mundo. Blanco explicó además que la electromovilidad impacta toda proyección de la demanda mundial de minerales, destacando que “la revolución de las energías ha disparado la curva de demanda del cobre, ya que se necesita cuatro veces más para un auto eléctrico versus uno convencional”. “Lo mismo para el desarrollo de las energías renovables, sobre todo la solar y eólica, que también necesitan entre tres y cuatro veces más cobre que la energía convencional”, añadió. “El principal desafío que tenemos, agregó el subsecretario, es que al 2050 tengamos una minería que use predominantemente energías limpias. Esto permitirá mantener nuestra participación de mercado y seguir aumentando nuestra producción y no solo mantenerla”.
Proyecciones al 2030
Hasta hace unos años, de acuerdo a antecedentes recabados por el ministerio, las estimaciones respecto al impacto de la electromovilidad señalaban que la demanda de cobre a partir de las ventas de autos eléctricos crecería hasta un 6,6% en 2030.
Hoy, esa proyección es de un 10% para el fin de la década, lo que sustenta -en parte- las ventas estimadas al 2030 de unos 30 millones de autos eléctricos de pasajeros. De ese total de nuevos vehículos, 80% serán eléctricos de batería que requieren 83 kilos de cobre por unidad; mientras que los autos híbridos eléctricos, que utilizan 40 kilos de cobre, representarían un 20%.
De cumplirse esas expectativas, la demanda de cobre sería de 2.232.000 toneladas. A eso se suma la infraestructura de carga, además de buses y camiones eléctricos. Respecto al impacto de las energías limpias la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena) estima que al 2030 habrá una demanda de 900.900 toneladas por concepto de energía eólica; y 1.350.000 por energía solar, lo que da un total de 2.250.900 toneladas. De esta forma, se habla de un aumento en la demanda de 4,5 millones de toneladas de cobre al 2030.