Superficies desprovistas de vegetación dañadas por incendios bajaron en Biobío
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Superficies desprovistas de vegetación dañadas por incendios bajaron en Biobío

La observación fue posible gracias a la utilización de imágenes satelitales y teledetección, con lo cual se evaluó la extensión del área quemada y vegetación recuperándose sobre el territorio. Fuente: El Sur, 23 de marzo de 2020.

Una reducción de 24,8% en las áreas desprovistas de vegetación afectada en la Región del Biobío fue lo que arrojó el monitoreo sobre la recuperación de suelos y vegetación en zonas afectadas tras los megaincendios del año 2017 y que realizó el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren), instituto tecnológico y servicio de apoyo del Ministerio de Agricultura.

De acuerdo a los datos recogidos, según los análisis que contaron con el apoyo de una empresa francesa llamada TerraNIS, para Biobío las áreas más afectadas por el incendio, ocurrido durante los meses de enero y febrero del año 2017, corresponden a una superficie de 39.739 hectáreas que equivale al 54% de la superficie total afectada, y este año, esta superficie bajó.

Esto se logró a partir de la utilización de imágenes satelitales y teledetección, con lo cual se evaluó la extensión del área quemada y vegetación recuperándose sobre el territorio.

Gracias al procesamiento de imágenes satelitales (cálculo de índices de vegetación específicos), se detectaron los contornos de las áreas quemadas después de un episodio de fuego. Este mapeo de cicatriz quemada, combinado con un mapa de cobertura terrestre del área monitoreada obtenida permitió evaluar el impacto del fuego y analizarlo en más detalles (es decir, impacto para cada tipo de vegetación).

RECUPERACIÓN NATURAL Para Alejandra Lizama, ingeniera de Recursos Renovables del Ciren, la reducción de las áreas afectadas, es significativa, puesto que es un indicador que “nos permite observar una recuperación natural del ecosistema que ocurre luego de una perturbación, lo que se denomina sucesión ecológica. Este es un proceso de cambio en un ecosistema cuando se reemplaza una comunidad vegetal por otra. Por ejemplo, si el incendio fue muy severo, la recuperación comenzará con especies de musgo, líquenes y herbáceas. Pero en caso de quedos efectos del incendio sean leves, es posible que ocurra un rebrote de las especies arbustivas y arbóreas que sobrevivieron al incendio”.

Respecto al alza en las áreas con vegetación subieron, explicó que en general, los bosques que son afectados por incendios forestales en estas zonas, presentan procesos de reorganización como respuesta al fuego. Dentro de los procesos ecológicos de la vegetación post-incendio, dijo que se encuentra el recambio de especies en las sucesiones ecológicas, donde se establecen especies pioneras e invasoras, ya que una vez que han ocurrido los incendios forestales se liberan espacios y nutrientes donde estas especies pueden establecerse con más tasas de éxito.

A modo de ejemplo, citó la especie Pinus radiata, que presenta mecanismos eficaces de dispersión y liberación de semillas junto a la alta tolerancia y resistencia a altas temperaturas de los incendios, lo que ha determinado que esta especie domine preferentemente en los sotobosques, con individuos de alta cobertura y altas densidades de plántulas.

ATENCIÓN ESPECIAL

A su vez, Juan Pablo Camus, también ingeniero de Recursos Renovables de Ciren, agregó que la Región del Biobío y la de O’Higgins han sido las más afectadas por los megaincendios de la última década.

“Solo en este período se han registrado 16 megaincendios, los que han quemado alrededor de 444.000 hectáreas solo entre las dos regiones. Es por ello se debiera prestar especial atención a estas regiones para realizar un manejo preventivo del material combustible y diversificación del paisaje para reducir el impacto de los megaincendios”.

El experto recalcó que la recuperación de los suelos dependerá del tipo que haya sido afectado. Remarcó que hay suelos más fáciles de recuperar que otros. Por ejemplo, serán más difíciles de recuperaren la medida en que la superficie haya quedado desprovista de vegetación por efectos del incendio. Si la pendiente del terreno es muy escarpada, es más fácil que el suelo seerosioneya que habrá mayor arrastre de material. Dependerá también de la severidad de los daños ocasionados por el fuego, así como también si el tipo de vegetación que recubre los suelos es menor o mayor resiliente a los efectos del fuego.

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  • 23/03/2020