La contaminación en estas zonas no solo ha dañado el ecosistema marino y la calidad de las tierras agrícolas, afectando a pescadores y agricultores. Al daño medio ambiental se suman el deterioro social en las comunidades, la permanente sensación de inseguridad y la desesperanza, siendo niños y adultos mayores los más afectados. "Uno se acostumbra. Quintero es humilde, no tiene opción. Primero, llegan industrias y generan recursos, luego emplean a los jóvenes para que dependan de ellos y, al final, los viejos y los niños de las escuelas nos enfermamos como daño 'colateral' de las mismas industrias que nos dan la pega", dice, con la claridad de la experiencia, Orlando Denis, de 82 años. Y agrega: "Yo me dediqué por años a ser buzo. Antes había locos, jaibas, huiros, ¿pero qué hay ahora? Puras piedras blancas, carbón en la arena y erizos negros… El mar acá se murió y mucha gente se enfermó. Yo terminé en el Hogar de Cristo, con eso le digo todo". Fuente: El Mostrador, 29 de agosto de 2022.