La realidad de Quintero y Puchuncaví es conocida tanto a nivel nacional como internacional. Los diversos episodios de intoxicación son pan de cada día para sus habitantes. Sin embargo, hay un grupo de la población que es invisible para la institucionalidad, los niños, niñas y adolescentes. Vivir en la bahía de Ventanas significa ver arrebatados sus derechos más básicos, tales como la educación, el juego, el medioambiente limpio y especialmente sus sueños. Según profesores los y las alumnas reclaman con decepción y desesperanza: “Nos quitaron la niñez. Nos quitaron nuestro derecho a ser adolescentes”. Fuente: Doble Espacio, 20 de noviembre de 2023.