A pesar de dichos de industria, grupo de científicos dice que salmonicultura es “integralmente insustentable”
By Comunicaciones

A pesar de dichos de industria, grupo de científicos dice que salmonicultura es “integralmente insustentable”

Según los firmantes de una carta pública, si bien se reconocen algunos avances en materia ambiental, “son superados largamente por nuevos y recurrentes siniestros socioambientales que no logran ser solucionados ni por ésta ni por los órganos públicos encargados de su regulación y fiscalización, y que degradan aún más los ecosistemas que ya han sido dañados por décadas de conflictos socioambientales y sanitarios vinculados a su explosivo -y agresivo- crecimiento”. Fuente: El Mostrador, 5 de mayo de 2023.

Un grupo de científicos aseguró en una carta abierta que a pesar de los dichos de la industria, es “integralmente insustentable”.

Las afirmaciones son parte de una carta publicada titulada “¿La salmonicultura puede aportar a la conservación de la biodiversidad?: Cuando las palabras desorientan la realidad”, firmada por varios científicos y activistas ambientales.

La carta cuestiona las afirmaciones realizadas en una reciente entrevista, transmitida en el podcast “La ruta del salmón”, por Marcela Bravo, gerenta de la organización sin fines de lucro Acción Empresas.

Allí Bravo señaló que “la biodiversidad es un concepto que conocemos poco, pero que está entrando con mucha fuerza porque se está reconociendo que esta pérdida creciente de la biodiversidad impacta los distintos ecosistemas. Yo creo que hay una oportunidad de mostrar cómo una industria como la salmonicultura puede aportar a esa conservación -o regeneración- de la biodiversidad”.

Para los firmantes de la carta, si bien esta afirmación resulta engañosa, “no es inusual en un escenario en el que la industria salmonera recurrentemente lleva al límite la propiedad semántica de las palabras”.

“Hace un año publicamos un artículo científico que daba cuenta de tres afirmaciones emanadas por esta industria que llevaban a confusión: i) la salmonicultura es sustentable; ii) la salmonicultura produce una baja huella de carbono; y iii) la salmonicultura contribuye a disminuir el calentamiento climático global. En dicho artículo respondimos afirmando que cada una de ellas es, en la práctica, inversa: la salmonicultura es integralmente insustentable”, indica el texto.

La misiva agrega que, incluso hoy en día, y producto de la incorporación de un porcentaje de la dieta a base de vegetales, los impactos negativos sobre la biodiversidad y culturas locales se ha trasladado a tierra, donde miles de hectáreas de bosques y zonas rurales están siendo reemplazadas por monocultivos, en manos de privados, para abastecer dicha demanda.

Asimismo, señala que el intenso uso de funciones ecosistémicas sobre las aguas en las que se sitúan las balsas jaulas afecta gravemente amplias zonas marino-costeras, impidiendo las posibilidades de vida para miles de especies (y también comunidades locales). Además, actúa incrementando la ocurrencia de floraciones algales nocivas (FAN), entre otros desequilibrios ecosistémicos.

“Enfrentar la pérdida de biodiversidad, tal como señala la entrevistada, necesariamente implica indagar en sus causas. En Chile, la pérdida de biodiversidad marina tiene estrecha relación con las operaciones de centros de cultivos de salmónidos. La sedimentación compuesta por heces y alimento no consumido, junto con antibióticos, químicos y otras variables, genera ambientes anaeróbicos (carentes de oxígeno) y eutrofización (exceso de nutrientes inorgánicos) en el fondo marino, afectando los ecosistemas y vulnerando el derecho a alimentación de las familias locales”, aseguran los firmantes.

“Esta contaminación no sólo provoca la pérdida de biodiversidad bajo las jaulas de cultivo, sino muchísimo más allá, arrastrada por corrientes y mareas. En las localidades donde se emplazan las salmoneras los bancos naturales de algas y mariscos (muchos de importancia social y económica local) terminan desapareciendo por la contaminación y acumulación de materia orgánica en los fondos marinos, generada por el cultivo de salmones”, dicen.

Por otro lado, el documento aseguras que las tasas de pobreza multidimensional comunales, asociadas a los territorios marítimos donde ocurre la producción marina de la salmonicultura, incluso duplican los porcentajes regionales y nacionales de pobreza. Por otro lado, continúa, los paisajes antes pródigos en mariscos y peces se han trastocado en escenarios de devastación, que impiden a los habitantes costeros subsistir bajo sus modelos de vida tradicionales, generando territorios despoblados y envejecidos.

“Esta industria sí posee una significativa huella de carbono difícil de estimar, porque su producción incluye altos volúmenes de combustibles fósiles, en las operaciones, y transporte de naves, aviones y camiones involucrados en su cadena de suministro y exportación, lo que no sólo contribuye al calentamiento climático global (INDH 2021) -al mantener en marcha estos miles de motores sin interrupción-, sino que, además, esta movilidad marítima ha sido denunciada científicamente como una grave amenaza a la vida de especies tan icónicas como la ballena azul dentro de nuestros canales”, afirma el documento.

“Conviene, por tanto, cuestionar estas afirmaciones porque confunden. Sumamos más preguntas: ¿Cómo se relaciona la industria salmonera con los derechos humanos?, a propósito del informe elaborado recientemente por el INDH y el Instituto Danés de Derechos Humanos (2021); ¿Cómo la salmonicultura altera las posibilidades de una gobernanza justa y pertinente en el maritorio de la Patagonia?, a propósito de la campaña constante de devaluación que afecta directamente a las comunidades indígenas costeras y sus procesos de solicitud de Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (Ley N° 20.249), entre muchas otras preguntas”.

Para los firmantes, “el mayor problema con este tipo de afirmaciones es que instalan marcos de referencia que producen realidades engañosas. Por el contrario, se esperaría que la industria salmonera sincerara sus procedimientos e impactos, porque de otro modo seguirá profundizando su daño al sostenimiento de la vida, ya no sólo en las aguas de la Patagonia, sino en los bosques y campos donde incentiva hoy en día la producción de industrias de monocultivos”.

“Es cierto que se reconocen algunos avances en materia ambiental, pero son superados largamente por nuevos y recurrentes siniestros socioambientales que no logran ser solucionados ni por ésta ni por los órganos públicos encargados de su regulación y fiscalización, y que degradan aún más los ecosistemas que ya han sido dañados por décadas de conflictos socioambientales y sanitarios vinculados a su explosivo -y agresivo- crecimiento”, aseguran.

“A fin de cuentas, también se trata de una crisis de normatividad, porque son precisamente determinadas normas las que anteceden -y favorecen- la ocurrencia de conflictos tanto ambientales como humanos, evidenciando que nuestro país sigue promoviendo un desarrollo económico insostenible”, concluye.

Firmantes:
Ricardo Alvarez, Francisco Araos, Florencia Diestre y Wladimir Riquelme (Grupo de Investigación Antropología de la Conservación); Jaime Cursach (Fundación Conservación Marina); Flavia Liberona y Christian Paredes (Fundación Terram); Francisco Brañas (Geógrafo independiente) y Marion Stock (Geógrafa independiente).

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  • 03/05/2023