La urgencia del Proyecto inmobiliario Maratué
By valentina

La urgencia del Proyecto inmobiliario Maratué

En esta columna, Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram aborda las múltiples controversias socioambientales que rodean al proyecto inmobiliario Maratué en Puchuncaví, destacando sus impactos no evaluados, los riesgos para la biodiversidad y la salud de la población, así como las falencias del proceso de evaluación ambiental. El texto cuestiona la viabilidad de aprobar un megaproyecto de estas dimensiones en un territorio de alto valor ecológico y cercano a una zona de sacrificio, advirtiendo sobre las responsabilidades que hoy recaen en el Comité de Ministros. Fuente: La Nueva Mirada, 18 de diciembre de 2025.

El Comité de ministros fue recientemente citado de manera extraordinaria para resolver las reclamaciones relacionadas con el proyecto inmobiliario Maratué, un megaproyecto urbano habitacional que contempla la construcción de aproximadamente 14.000 viviendas, equipamientos y otras obras anexas en un plazo de 45 años. Este se emplazaría en un predio de unas 1.000 Ha en la comuna de Puchuncaví, entre las localidades de Maitencillo y Horcón, y según indica el titular del proyecto, se destinarían 125 Ha a la conservación.

Desde su ingreso a Evaluación Ambiental, en 2017, el proyecto ha presentado problemas. De hecho, en el proceso de participación ciudadana se recibieron numerosas observaciones por parte de la comunidad, como la exclusión en el estudio del tratamiento de aguas servidas y extracción de agua potable, los impactos significativos en flora y fauna nativa endémica, impactos por mayor actividad turística y contaminación y alteración de valores paisajísticos de los acantilados de Quirilluca, entre otras.

Cabe señalar que los Acantilados de Quirilluca son considerados como sitio prioritario en la estrategia regional de Biodiversidad de la región de Valparaíso, es decir son un lugar identificado como valioso para la conservación del patrimonio natural de la región y no fueron incorporados en los 99 sitios prioritarios que estuvieron en la polémica hace un par de meses.

Pese a las observaciones de la comunidad el proyecto fue aprobado regionalmente el año 2019, pero debido a las reclamaciones administrativas ante el Comité de ministros por parte de las organizaciones territoriales, especialmente de “Salvemos Quirilluca”, el proceso de aprobación se retrotrajo debido a que efectivamente había impactos no considerados en la evaluación ambiental. Por tanto, el Comité de ministros indicó que el titular del proyecto debía abordar de forma adecuada temas relacionados con el riesgo para la salud de la población, flora y fauna, valor ambiental del territorio, además de acreditar el cumplimiento de la normativa pertinente en materia de emisiones atmosféricas.

En este sentido es importante recordar que esta zona es hábitat del Belloto del Norte y otras especies de plantas y animales nativos. Lo que implica alteraciones en poblaciones de esta especie arbórea endémica de la Región de Valparaíso y declarada como Monumento Natural desde 1995 que además está catalogada en estado de conservación vulnerable. De materializarse el proyecto, este afectaría a otras especies vegetales como el naranjillo, otra especie clasificada como vulnerable, así como varias especies de alstroemerias. Adicionalmente en la zona costera habitan chungungos y es un área rica en presencia de aves.

Este proyecto que se pretende emplazar en una zona de valor ecológico importante, para instalar de forma progresiva 14.000 viviendas, en definitiva, implica un incremento de la población entre 40.000 y 50.000 personas con los consiguientes impactos en materia vial, de equipamiento y demanda de servicios. Por ello, en la última etapa de respuestas a las observaciones, la inmobiliaria comenzó a realizar cambios que incorporaron algunas de las demandas locales. Pero, de todas formas, cuesta comprender como se puede conservar un paño de 125 Ha que en teoría serían destinadas a la protección del patrimonio natural, cuando va a estar rodeada de 875 Ha destinadas a viviendas, caminos y equipamiento. Más aun cuando existe controversia sobre la tala de vegetación nativa, pues las organizaciones territoriales señalan que el proyecto contempla el corte y/o eliminación de 137 Ha de bosque nativo y 400 ha de matorral esclerófilo.

Pero más allá de las consideraciones relacionadas con la conservación de especies nativas vegetales y animales, también sería importante conocer como el titular del proyecto va a subsanar temas asociados con la contaminación atmosférica en una zona tan próxima a la Bahía de Quintero, tristemente conocida como zona de sacrificio. También sería relevante entender cómo se afrontará la contaminación del suelo por arsénico, según se argumenta en las observaciones ciudadanas.

Considerando los temas relacionados a la contaminación, parece poco sensato que las autoridades pretendan dar luz verde a un proyecto inmobiliario que puede afectar la salud de las personas. Además, observando los hechos acontecidos en los últimos meses en relación a la identificación de 99 sitios prioritarios en el listado del Ministerio de Medio Ambiente, parece poco sensato que los Acantilados de Quirilluca no hayan sido incluidos, cuando existen fundamentos relacionados con la conservación de especies nativas y/o endémicas que lo hacían del todo razonable.  Cabe recordar que la segunda votación regional que aprobó este proyecto estuvo en la polémica por la renuncia del Seremi de Medio Ambiente de la región. Ahora solo queda esperar los resultados del Comité de ministros y sus argumentos, los que nos deberían permitir develar más detalles del trasfondo asociado a este proyecto inmobiliario. Los cuales, sin lugar a dudas, desataran nuevas polémicas.

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  • 19/12/2025

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