
El precario presupuesto destinado a las áreas protegidas chilenas
Postura de Fundación Terram frente la contingencia ambiental.
Próximamente, deberían firmarse los decretos faltantes para completar la Red de Parques de la Patagonia. Es decir, la creación del Parque Nacional Patagonia y la recategorización de la Reserva Nacional Alacalufes a Parque Nacional Kawésqar. Con ellos, el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) aumentaría de 103 a 104 áreas bajo la protección oficial del Estado.
Sin embargo, desde Fundación Terram nos preocupa que el presupuesto asignado al SNASPE para el año 2019 haya disminuido en un 13,3% respecto al aprobado para el 2018 en la Ley de presupuesto. El actuar de los gobiernos ha sido variable en el tiempo, pero la disminución que se proyecta para 2019 es claramente un retroceso, pues se asemeja al presupuesto otorgado en 2015 (un poco más de M$15.324.263).
A su vez, la incertidumbre aumenta si consideramos que el presupuesto para el SNASPE se compone de aporte fiscal e ingresos de operación, estos últimos son los recursos percibidos por el ingreso a áreas protegidas. Preocupación que se incrementa al comprender que este servicio abordará más superficie durante el año que viene, lo que debería demandar mayor infraestructura y dotación de personal. En este sentido, nos parece clave que se discuta sobre cuál es el rol del Estado en la conservación de nuestro patrimonio natural.
Además, si se revisan los presupuestos asignados hasta la fecha, constatamos que el aporte no cubre los gastos del personal, lo cual nos parece una debilidad del sistema y un hecho preocupante a la hora de pensar en el futuro de las áreas protegidas creadas y por crearse. La ideal es que el aporte fiscal al SNASPE debiese cubrir, al menos, los gastos en personal. No es posible que los sueldos de los trabajadores del SNASPE no sean financiados desde el Estado y dependan del flujo de visitantes a las áreas protegidas para ser cubiertos.
Actualmente, solo 86 de las 103 unidades del SNASPE, cuentan con planes de manejo y 80 con administración efectiva. Por tanto, deberíamos plantearnos seriamente cuál es la importancia que le otorgamos a nuestras áreas protegidas y, si estas son un emblema para el país, es necesario solicitar al gobierno un aporte fiscal en la ley de presupuesto que garantice el gasto en personal, así como ir avanzando en la generación de los planes de manejo faltantes, habilitación y/o renovación de infraestructura y en contar con mayor dotación de personal.
Desde Fundación Terram, esperamos que la discusión sobre la Ley de Presupuesto en la Comisión Mixta avance de manera fructífera y permita aumentar los aportes designados al SNASPE para que el año entrante se sigan creando áreas protegidas públicas.