La nueva reforma tributaria obligará a las entes fijas a pagar el Impuesto Verde por sus emisiones y ya no por su capacidad instalada. "Un gravamen como el Impuesto Verde debería cumplir dos objetivos: recaudar y corregir una externalidad ambiental negativa", señala Gary González, economista Fundación Terram. Fuente: Induambiente, 21 de abril de 2020.