
Chipe libre para los data center
Los data center, presentados como la apuesta de Chile para convertirse en referente digital, esconden un alto costo socioambiental: consumo intensivo de agua y energía, uso de combustibles fósiles y escasa regulación ambiental. En esta columna, Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram, advierte que las recientes modificaciones al reglamento de evaluación ambiental reducen aún más los controles sobre esta infraestructura crítica, otorgando “chipe libre” a su expansión pese a la crisis climática y de agua que enfrenta el país. Fuente: La Nueva Mirada, 9 de octubre de 2025.
Los data center o centros de procesamiento de datos son un tipo infraestructura donde se albergan computadores y componentes asociados que permiten el almacenamiento, procesamiento y distribución de datos utilizados para diversos fines. Básicamente estas instalaciones son utilizadas para sostener el comercio digital, la inteligencia artificial, los servicios de streaming y las criptomonedas, entre otros. En ellos se aloja información sensible como pueden ser bases de datos comerciales, financieras, inventarios de empresas, pero también cumplen funciones relacionadas con la provisión de servicios esenciales como agua, energía, telecomunicaciones, salud o defensa. En la actualidad, si bien son invisibles para la mayoría de la población están al centro de nuestras vidas y han generado uno que otro conflicto socioambiental.
Pero estos centros de datos más allá de ocupar un espacio físico requieren estar protegidos por la sensibilidad de los datos con que trabajan, debido a que pueden ser blanco de ciberataques y son considerados infraestructura critica. En ellos se alberga una gran cantidad de computadores que deben funcionar permanentemente y que consumen una gran cantidad de energía por lo que requieren sistemas electrógenos de respaldo. En definitiva, los data center son energointensivos y además utilizan grandes cantidades de agua para mantener sistemas de refrigeración y humidificación que les permitan operar en condiciones óptimas y de forma continua.

A fines del año 2024 se dio a conocer el Plan Nacional de Data Centers, una estrategia del Gabinete ProCrecimiento y Empleo que busca convertir a Chile en un referente en infraestructura digital, según señalo la entonces ministra de ciencias Aysén Etcheverry, quien había sido cuestionada por la Contraloría General de la Republica el año 2023 debido a su paso por Amazon, empresa con intereses en la instalación de data center en Chile.
El Plan liderado por la exministra tiene como propósito posicionar a Chile como referente en infraestructura y desarrollo digital. De hecho, en el mismo plan se señala que a nivel global los data center consumen el 2% de la electricidad mundial y que se estima que este consumo aumente a más del doble el año 2026 producto del desarrollo de la inteligencia artificial. Si bien existe una preocupación creciente por el uso eficiente de energía y la incorporación de renovables, también se señala que debido al crecimiento de este mercado -y por ende de sus cargas de trabajo- existe un incremento en el consumo de energía con tasa que van entre el 20 % y 40% anual. También hace referencia al uso intensivo de agua para los sistemas de refrigeración, humidificación y mantenimiento de data centers y que es crucial abordarlo.
En el documento de gobierno se indica, que la estimación respecto del consumo de agua de un data center de gran escala con sistemas de refrigeración por evaporación constante, podría variar entre 1 y 3 millones de litros de agua al día, por tanto, se recalca que se debe avanzar en sistemas de enfriamiento más eficientes.
En un reciente informe de la consultora Colliers indican que actualmente existen 33 data centers operando en Chile -es decir 11 más que en diciembre de 2024 cuando se dio a conocer el Plan Nacional- a esto se suma que se proyecta la instalación de otros 34 centros de este tipo. Según información publicada en medios de comunicación nacional a junio de 2025, habrían sido aprobados 18 proyectos de data center por parte del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), de los cuales 2 se emplazarían en la región de Valparaíso y los restantes en la región Metropolitana, siendo las comunas de Quilicura y Colina las que concentran el mayor numero de estos con seis y cuatro centros respectivamente.
En este sentido cabe tener presente que los data center varían en sus dimensiones y por tanto en el uso de energía, espacio físico y consumo de agua, así como en el tipo de tecnología que utilizan para la refrigeración y humidificación las instalaciones. Al respecto es importante mencionar algunas preocupaciones: una de ellas tiene que ver con la demanda de energía que generan y que al existir muchas instalaciones en un territorio esto pueda generar problemas en la transmisión eléctrica y por tanto en el abastecimiento de energía a nivel local.

Adicionalmente, debido al funcionamiento permanentemente, deben tener sistemas de respaldo, es decir, sistemas de generación de energía propios que puedan funcionar si falla la red eléctrica. Esto en palabras simples implica que además en estos centros de datos debe existir acopio de combustible para poder operar los sistemas de electrógenos. En cuanto al agua la situación es muy difusa, ya que dependiendo de la tecnología de enfriamiento se puede estimar el agua a consumir, la cual puede provenir de distintas fuentes como por ejemplo la red de agua potable, un curso de agua o la extracción de este elemento desde napas subterráneas u otro. Por ello, es importante señalar que el consumo de agua no determina si un proyecto debe o no ser evaluado ambientalmente en Chile.
Considerando la información existente, merece la pena preguntarse: ¿cómo están siendo regulados y evaluados ambientalmente este tipo de proyectos?, pues en la ley ambiental no existe una tipología para los data center. Hasta ahora los que han sido calificados ambientalmente lo han hecho debido a que tiene sistemas electrógenos propios para poder asegurar su funcionamiento.
En síntesis, lo que se ha evaluado son los sistemas de respaldo para la generación eléctrica que requieren y que almacenan gran cantidad de combustibles para su operación. Sin embargo, el Consejo de ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, aprobó recientemente una modificación del reglamento de evaluación ambiental en el cual se suben los umbrales permitidos para el acopio de combustibles que no requieren pasar por el Sistema de Evaluación Ambiental, pasando de 80 mil litros a 1.000.000 de litros. En la práctica, con esta modificación los data center ya no tendrán la obligación de ingresar a evaluación ambiental, quedando aún más en la oscuridad la información sobre el consumo de energía y agua y los efectos que esto pueda tener en determinados territorios. El gobierno le ha dado chipe libre a los data center sin considerar las condiciones de sequía, estrés hídrico y crisis climática que afectan al país.