Día Mundial de los Océanos: No hay protección real si no frenamos su destrucción
By valentina

Día Mundial de los Océanos: No hay protección real si no frenamos su destrucción

En el Día Mundial de los Océanos, Elizabeth Soto, investigadora de Fundación Terram, nos recuerda que estos ecosistemas no solo deslumbran por su belleza, sino que son esenciales para la vida en la tierra: regulan el clima, generan más de la mitad del oxígeno que respiramos y alimentan a millones de personas. Sin embargo, enfrentan graves amenazas como la sobrepesca y la inminente minería submarina. Iniciativas como el Acuerdo BBNJ y las Áreas Marinas Protegidas son pasos cruciales, pero proteger los océanos requiere también detener prácticas destructivas. Celebrarlos es, sobre todo, comprometerse con su conservación. Fuente: El Desconcierto, 8 de junio de 2025.

Cada 8 de junio, se conmemora el Día Mundial de los Océanos, que en esta oportunidad celebra las maravillas oceánicas que sustentan la vida del planeta. Pero, fuera del eslogan ¿cómo realmente los océanos sustentan la vida en el planeta? Más allá de su hermosa apariencia, los océanos tienen un rol fundamental en la Tierra.

Actúan como reguladores climáticos, absorbiendo el 30% del dióxido de carbono (CO₂) emitido a la atmósfera por el uso de combustibles fósiles y el 90% del calor excedente atrapado por los gases de efecto invernadero (GEI).

Las corrientes marinas que recorren los océanos en toda su extensión redistribuyen la temperatura y nutrientes alrededor del planeta y tienen una influencia directa sobre el clima, por lo tanto, impactan indirectamente sobre la distribución geográfica de la población vegetal y animal de la biósfera.

A su vez, los procesos de fotosíntesis que producen organismos diminutos, como aquellos que forman parte del plancton, permiten que los océanos liberen grandes cantidades de oxígeno (O2), generando más del 50% del que respiramos.

Los océanos albergan una gran cantidad de especies: alrededor de 250.000 han sido descritas y se estima que faltan miles por descubrir. Muchas de estas son extraídas como recursos marinos, proporcionando alimento y proteína de buena calidad a millones de personas. Sin embargo, se estima que alrededor de un 30% de las pesquerías del mundo están sobreexplotadas, amenazando la sustentabilidad de las poblaciones de peces en el tiempo.

Los océanos también poseen recursos genéticos únicos, como las bacterias extremófilas, corales milenarios y esponjas marinas, que han revolucionado la medicina. Permitiendo encontrar compuestos que son esenciales para el tratamiento de enfermedades como el VIH y cáncer. No obstante, menos del 5% de las especies marinas se han estudiado con fines farmacológicos, y la pérdida de biodiversidad está destruyendo la posibilidad de encontrar más recursos que podrían salvar miles de vidas humanas.

En el entendido de la importancia de los océanos y de las diferentes amenazas que enfrentan, iniciativas como las Áreas Marinas Protegidas (AMP) en alta mar -impulsadas por el acuerdo BBNJ (Acuerdo sobre Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales) y la meta 30×30 del Convenio de Diversidad Biológica– son pasos cruciales. Estas zonas, son superficies de alta mar resguardadas con el objetivo de conservar y proteger su hábitat, y suelen ser esenciales en los ciclos de vida de especies marinas y migratorias.

El Acuerdo BBNJ es el tratado global más ambicioso hasta la fecha, podría permitir crear áreas de protección en el 64% de los océanos que hoy son “tierra de nadie”. En este sentido, Chile ha jugado un rol protagónico siendo el segundo país en ratificar el tratado y promoviendo la ciudad de Valparaíso para que albergue la secretaría del tratado, una vez que entre en vigor. Además, el país se encuentra trabajando en crear una AMP de alta mar en el Pacífico sudoriental, en las cordilleras submarinas de Nazca y de Salas y Gómez, una zona de alta biodiversidad marina a nivel planetario.

En línea con lo anterior, el pasado 14 de mayo, el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia -compuesto por 31 organizaciones de la sociedad civil de Chile, Argentina, Brasil y Uruguay- entregó su apoyo a la postulación de Valparaíso como sede de la secretaría técnica del Acuerdo, en el marco de una actividad que reunió a autoridades como Julio Cordano, director de Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos de la Cancillería, el senador Ricardo Lagos Weber y Osvaldo Corrales, rector de la Universidad de Valparaíso en conjunto con representantes de la comunidad científica y de ONGs.

Esta colaboración para la protección es una buena noticia y marca un rumbo que debemos seguir. Pero es tan importante avanzar en iniciativas que protejan el océano, como detener, con determinación, practicas nocivas que fomentan su destrucción.

Entre las nuevas amenazas, ninguna es más urgente de frenar que la minería submarina. Empresas y algunos Estados presionan para poder extraer nódulos de manganeso, cobalto y níquel de las profundidades oceánicas, en búsqueda de minerales para la transición energética, a pesar de que científicos han advertido que el impacto de esta actividad puede ser irreversible: destruyendo hábitats milenarios, generación de columnas de sedimentos tóxicos y la posible extinción de especies aún desconocidas.

La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), encargada de regular esta actividad, debe actuar bajo el principio precautorio y mantener una moratoria a la minería submarina hasta que no exista un marco regulatorio adecuado que resguarde efectivamente los ecosistemas marinos, sin sucumbir ante las presiones de aquellos países, que, saltándose los acuerdos internacionales, quieren iniciar esta actividad.

Desde Fundación Terram consideramos que, tanto para avanzar en protección como para detener nuevas amenazas en los océanos, es indispensable alcanzar acuerdos que nos permitan caminar hacia un equilibrio entre la conservación y el aprovechamiento responsable de los recursos marinos. Los océanos no son un recurso infinito, son nuestro sistema de soporte vital. Celebrar sus “maravillas” implica, ante todo, dejar de destruirlas.

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  • 09/06/2025

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